La raza interna se usa comúnmente en juntas fijas en ejes de eje en sistemas de transmisión automotriz. El diseño de la raza interna debe poder resistir las condiciones de trabajo, como altas velocidades y temperaturas, así como altos niveles de torque y vibración. También debe ser compatible con una variedad de otros componentes de transmisión, incluidos engranajes, rodamientos y ejes. El diseño y los materiales de la raza interna deben garantizar que mantenga una alineación precisa y minimice las pérdidas de fricción, por lo tanto la eficiencia.
Uno de los objetivos principales en el desarrollo de las razas internas para los sistemas de transmisión automotriz es mejorar la durabilidad y la longevidad. Las razas internas deben poder soportar altos niveles de estrés y desgaste durante un período prolongado de tiempo. El aumento de la potencia de salida de los motores modernos y la introducción de transmisiones híbridas y eléctricas significan que los sistemas de transmisión modernos están sujetos a condiciones de operación más desafiantes que nunca. Los fabricantes están invirtiendo en nuevos materiales y técnicas de fabricación para desarrollar razas internas que sean más fuertes, más duraderas y resistentes al desgaste y el daño.
Otro objetivo para las razas internas es reducir la fricción y mejorar la eficiencia. Las razas internas con coeficientes de baja fricción dan como resultado una pérdida de energía reducida y una mejor economía de combustible. También reducen la generación de calor y mejoran el rendimiento general. Los fabricantes están desarrollando varios recubrimientos y materiales para reducir o eliminar la fricción de la superficie y maximizar la eficiencia.